Teníais razón chicas, la tarta estaba tremenda. Ha aguantado todo el fin de semana, hasta que ayer a la hora del café se despidió a lo grande. La recordaremos con deleite, hasta que hagamos la próxima.
Cada año por el mes de septiembre tengo una visita obligada al pueblo. La excusa es coger moras, higos, uvas... pero la realidad es que allí mejor que en ningún sitio le doy la bienvenida al otoño y me despido definitivamente del verano.
Esta vez lo he hecho leyendo o, más bien, releyendo uno de mis libros favoritos sobre la figura de la escritora Jane Austen. Y en un huequito que saqué, me decidí a traducir un pequeño poema que, para mi, es una declaración de intenciones y espero os guste:
Doy la bienvenida a la energía otoñal en mi vida.
El otoño es un tiempo de transformación y reflexión.
Como las hojas cayendo de las ramas,
mi vida fluye y cambia en paz
siempre en el momento adecuado.
Me tomo tiempo en otoño para pensar en mi vida
y ver hacia donde voy. Tengo una visión clara de
los cambios que tengo que hacer para seguir creciendo
y dar lo mejor de mi misma.
Disfruto del clima más frío y los cambios de color
por los que pasa la Naturaleza. Esta es la estación
de la calidez y la gentileza. Un reflejo de mi yo interno.
Agradecida me desprendo de todo lo que no me sirve
y dejo espacio para nuevas bendiciones.
Y, ¡POR FIN! acabé el cojincito. Aunque en realidad, por un error de cálculo, es un cojín de un tamaño considerable. Por ello no me vale para la cajita, pero va para mi cama.
De propina acabé el otro y, este si, va para la caja. Decidí añadirles unos botoncitos, en el grande unos recuperados de una prenda de la que me deshice hace mucho. Y en el pequeño, unos muy country que contrasten un poco.
La tela de detrás es de la marca Moda Fabrics, con fondo blanco roto y el estampado en azul marino.
Ahora toca decidir cual será el siguiente proyecto de cojincito. He sido incapaz de decidir entre estos tres diseños.
El bolso me gusta y, además, lleva gustándome hace mucho tiempo. Pero es muy grande y no quiero que me pase como esta última vez.
Las llaves antiguas me encantan, de hecho todavía guardo la llave original de la antigua puerta que había en mi casa del pueblo. Me parece en exceso simple y quería hacerlo como llavero...
Y este es el que más me llama, las casitas son mi debilidad. Pero creo que será una decisión de última hora.
Por cierto, todos los gráficos que pongo aquí los he ido descargando a lo largo de los años de diferentes páginas/blogs de labores. Me resulta imposible recordar de donde saqué cada uno por lo que no puedo mencionar a los autores. Si alguien los conoce, agradeceré que me lo haga saber. Por otro lado, si alguien piensa que no debo publicar una copia en mi blog, solo tiene que decirlo y lo borraré.