Ayer estuvimos decorando la casa de Navidad y organizamos nuestra fiesta del árbol con amigos. Fue muy divertido y especial este año por diversas razones, pero sobre todo importante porque casi es la única fecha del año cuando consigo reunirlos a todos.
Cada año me gusta entregarles en agradecimiento por su trabajo, algún regalito hecho por mi. Esta vez compré varias latas de piña en almíbar y, en lugar de utilizar el abre-fácil que traen, usé un abrelatas...
...para abrirlas por la base. Después de sacar el contenido, lavé bien la lata y la tapa. Le quité la etiqueta que lleva el producto, que sustituí con papel de regalo navideño. Para que no se note mucho la junta, decidí adornarlo con una tira de encaje.
En la tapa superior coloqué con cuidado un papel por debajo de la argolla del abre-fácil y con pintauñas verde/rojo, le di un toque de color.
A continuación rellené las latas con chuches, porque yo soy de las que cree firmemente que si no puedes adelgazar, debes hacer engordar a tus amigos. Pero igualmente se pueden rellenar de perlas de baño, velas aromáticas, mini-juegos de mesa, cosméticos... lo que más rabia os de.
Ahora viene la parte más peliaguda. Con una pistola de pegamento caliente (las venden en los chinos por 15 €), hay que poner una capa de pegamento por el interior de la lata, dejar que se seque, colocar la tapa que habíamos quitado y repetir la operación por encima de ella. Al secarse los pegotes de pegamento, evitan que la tapa y el contenido se caigan.
Después hay que preparar dos cartelitos con cartulina.
El más grande se pega en la lata con algún mensaje personalizado para el agasajado. El pequeñito se cuelga con un trocito de cinta de la argolla con el nombre del destinatario y voilá...
Hice cinco latas y cada modelo fue diferente, pero les encantó a todos. Y más les gustó el bizcocho de piña que hice con parte del contenido de las latas. Utilicé esta receta, que es muy facilita.
He estado ocupada haciendo cositas que todavía no puedo enseñar porque las destinatarias todavía no lo han recibido. En cuanto tenga noticia de que les han llegado los regalitos, pongo fotos.
Nos leemos.
Son esos millones de pequeñas cosas, las que de verdad importan.
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